Bueno chicos,
Después de vivir en un país hispanohablante más de un año, debería haber escrito algo en castellano. Entonces, para hacerlos feliz y para cumplir otra meta de la lista de 'goals', voy a escribir un post sobre el viaje que Anabel y yo hicimos a Las Cataratas de Iguazú.
Arrancamos el miércoles a las 2 de la tarde, preparados para la excursión en micro (un tipo de autobús para distancias largas). Arriba, tenemos a Anabel tomando un mate súper rico ¡que cebé yo!
Después de 18 horas, mucho mate, un montón de sanwiches (el estilo Jones, exactamente como los viajes a Noahs Ark hace años), y un par de libros, llegamos a las 8 de la mañana al Puerto de Iguazú, una ciudad alrededor de 20 minutos de distancia del parque nacional donde están las cataratas. Abajo hay una foto del hostel. Re top, con pileta, desayuno gratis y una mezcla buena de extranjeros y nativos!
Llegamos al hostel, dejamos las mochilas en el guardamochila y fuimos a las cataratas. Una cosa genial sobre todo esto fue que Miguel, el primo de Eugenio, y su amiga, Yanina, estuvieran en Iguazú al mismo tiempo que nosotros. Ellos estaban viajando por el norte de la Argentina y lo arreglamos para que pudiéramos ir a las cataratas juntos.
Pues, entramos al parque nacional y fue entonces que me enteré de que los extranjeros tenían que pagar tres veces más que los nacionales. $20 pesos para los Argentinos y $60 para un yanqui. ¡Qué bajón! ¡El parque es gigante! Hay un tren chiquitito para viajar de un lado al otro, pero caminamos la mayoría. Dado que teníamos dos días, elegímos recorrer una parte el jueves y la otra el día siguiente.
Arriba está La Garganta del Diablo, The Devil´s Throat. Si seguís a lo largo del río 300 metros derecho, estás rodeado por cataratas. Muy flashero. En la foto, el lado izquierdo pertenece a Brasil y el lado derecho a la Argentina.
Durante el recorrido, pasás por lugares tipo selva y no podés ver nada. Entonces, de golpe, una vista asombrosa se presenta a través de los árboles. Para mi, la foto de arriba es mi favorita del viaje.
En total, hay más o menos 40 cataratas, algunas grandes, algunas pequeñas. La Garganta del Diablo es la más popular pero realmente, en mi opinión, las otras son mejores. Se puede acercarse más a las otras y tienen más onda.
Esa noche, después del primer recorrido, Miguel, arriba, nos invitó a un asado en su camping. Como Eugenio, mi compañero de cuarto, Miguel puede armar un asado bárbaro. Tomamos vino, comemos carne súper rica, y hablamos durante horas.
Como la mayoría de los lugares afuera de Capital Federal, había un par de perritos callejeros corriendo por el camping. Uno era súper callejero, una mezcla de todos los perros de la ciudad. El otro era un cachorro súper tierno con pelo enrulado. Le pusimos el nombre Conchita al cachorro ése.
No se ve bien en la foto abajo, pero estoy alimentándolo con pedazos de asado y otros desperdicios de comida. Conchita se comía la mayoría de la comida y siempre estaba al lado de la mesa, esperando algo. El otro perrito estaba muy tímido y no quería salir de las sombras del camping.
El día siguiente recorrimos un sendero hasta una cataratita y después fuimos a la Garganta del Diablo en el tren. El poder de la catarata más grande es immenso. Conozco las Cataratas de Niagara y ellas tiene nada que ver con las de Iguazu. Hablamos de lo que pensaban los primeros exploradores al verlas. Navegando con una canoa en el río y a la vuelta del río se encontraron las cataratas más magníficas del mundo. También, el área estaba llena con mariposas de todos colores.
En total, nos divertimos un montón en Iguazú. Definativamente vale la pena verlas. Ahora, por fin, puedo tachar dos metas de mi lista.
Patrick
Capital Federal, Buenos Aires, Argentina
1 comment:
amazing spanish patrick. amazing! you have nothing to regret about how much spanish you learned!!! you write waaaaaaaaaaaay better than i did after my year abroad. i am sooooo impressed!!!! this is excellent.
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